domingo, 2 de diciembre de 2018








               UN INESPERADO HILO CANINO…¡CHULA! 

Esta semana ha hecho un año desde que Chula vive en casa, hoy hace un año que he de reconocer que mi vida tiene un plus que no pensaba que vendría de la mano, o de la pata, de un perro.

Nunca habíamos querido tener perro en casa por muchas razones, entre ellas mi alergia (que sigue estando pero mantengo a raya), pero que Chula viva en casa es una de ese tipo de casualidades de la vida inesperada y finalmente preciosa.
He de reconocer que mi primera impresión fue de recelo, una perra grande y negra, de caza y de una raza que yo entendía como poco amable y nada cariñosa…me daba hasta miedo.



Pero las vueltas que da la vida.
Grande y negra obviamente sigue siendo.

De caza también.
Pero no sé si he visto alguna vez perra más cariñosa y obediente.
¡Qué confundida estaba!


Éramos de ideas fijas. “En casa no entra un perro”, decíamos.
No tenemos jardín y estos perros necesitan mucho ejercicio, crea demasiada dependencia para poder salir y entrar cuando nos dé la gana (o faltar fines de semana enteros de casa), los pelos por toda la casa nos van a traer por la calle de la amargura, el olor a perro en una casa es algo odioso…eran otras de las excusas para no tener canes viviendo con nosotros.


Pero al fin y al cabo tenemos patio y sale todos los días bastantes veces a la calle, lo cual nos ha venido también bien a los humanos que vivimos por aquí. La aspiradora se ha hecho imprescindible por aquí a diario, mi casa huele igual de bien que antes, buscamos hoteles “dog friendly” (o la dejamos con alguien de confianza) y ahora no me acostumbro a estar sin ella.



Nunca antes había tenido perro en casa.
Nunca había convivido con ninguno más allá de uno o dos días cuando hemos tenido a alguno enfermo y lo hemos traído a casa.
Y he de decir que comprendo ahora muchas cosas, que no todas, de las personas que tienen perros y los consideran parte de su familia.



Chula es ya parte de esta familia, pero ni duerme en la cama ni somos sus padres, en serio que con eso no puedo. Tiene su cama para pasar la noche y somos sus dueños, la queremos a rabiar y ya no me imagino mi casa sin ella, pero sus padres eran un perro y una perra que no se si alguna vez conoceremos.




Por otro lado, siempre he oído decir a la gente que tiene perros en casa que se convierten en algo más que mascotas, y quizás era reacia a verlo, pero finalmente he entendido lo que se les puede llegar a querer.
De hecho no me veía yo abrazando, besando o muy preocupada por un perro…y hago las tres cosas.
También hablo con ella, mucho, me mira raro y creo que piensa que estoy como una regadera. Pero creo que me quiere tal y como soy porque cuando me he enfadado con ella y la he gritado como una loca ha corrido a refugiarse a su guarida con las orejas gachas y el rabo entre las piernas, pero al rato ha vuelto a buscar mis mimos como si nada hubiese pasado.

Por cierto, esta es Chula.

Chula es noble, es cariñosa, le cuesta un poco al principio acercarse a algunas personas (los niños le gustan poco) y un par de veces tuvimos episodios de locura…pero en general se porta de maravilla y lo máximo que hace es coger nuestra ropa si nos echa de menos y llevarla a su cama. Es obediente, hace sus cositas donde las tiene que hacer y no enreda en casa. ¡Y luego de caza es una máquina! Jajjaja A veces en el campo (una vez del patio de casa) nos trae pájaros muertos como regalo y eso me gusta poco, pero no la podemos reñir.





Y a mí personalmente me gusta la rutina que me he creado con ella, el paseo por la mañana aunque llueva, que me siga por casa y se siente a mirarme (y a ver si algo cae) mientras cocino, que se tumbe a mi lado, en el suelo, mientras estoy frente al ordenador y verla tan contente cuando digo la palabra “Vamos” y cojo la correa.


Pero también tiene carácter, cuando la reñimos porque intenta subirse al sofá se va a su cama toda ofendida y se pone de espaldas a nosotros pero mirando de reojo…hasta que ya ve que nos reímos y vuelve a la carga. De vez en cuando consigue lo de subirse al sofá, más con otro que conmigo. 


En fin, que he descubierto algo que no sabía, que tengo la capacidad de amar a una perra, que la adoro y es fácil estar con ella. Sus pelos negros me siguen trayendo por la calle de la amargura y a veces tenemos que hacer malabarismos para que nos esté sola demasiado tiempo en casa.





Pero sí que tengo claro que Chula ya no se va de casa, espero que nos queden muchos años disfrutando de ella y ella de nosotros.








Gracias Yeyo por traerla a casa y deja de decirle cada dos por tres que no me gustaba cuando llegó a casa que esta perra es muy lista y al final lo va a entender y ¡me va a dejar de querer!









Gracias a todos los que habéis llegado hasta aquí abajo por pasar a leer lo que se me pasa por la cabeza.
Espero poder publicar con más frecuencia a partir de ahora.

¡Hasta la próxima!







lunes, 2 de julio de 2018

CUIDANDO DE MI PROPIO HILO.



En las últimas semanas han sido varias las personas que me han preguntado por el blog, e incluso dos de ellas me han dicho que lo echan de menos. A algunos os parecerán pocas, pero a mí me ha hecho tremenda ilusión.
Nunca ha sido mi intención abandonarlo y nunca ha desaparecido de mi cabeza la idea de seguir con él. De hecho estos meses sin publicar no he dejado de escribir ni de apuntar cosas que me vienen a la cabeza, y que si no las apunto terminan quedando en el olvido. Pero necesitaba poner orden muchas cosas y mis momentos sola frente al ordenador han disminuido drásticamente.

Dicho esto… ¡He vuelto! Y con la promesa, a mi misma sobre todo, de hacer esto sin que pase tanto tiempo. Porque también yo misma lo he echado de menos.

Vuelvo al “mundo blog” con una reflexión que me lleva mucho tiempo dando vueltas en la cabeza. El hilo más importante es el que nos une con nosotros mismos, el que nos conecta con nuestro propio yo, y es, normalmente, el que menos cuidamos.

Vivimos en una sociedad que nos acribilla con cientos de estímulos, de consejos, de artículos tipo: “las 10 cosas más importantes para…”, “entra y descubre los 5 motivos por los que…” y, además de esto,  todo el mundo tiene un consejo para los demás, todos terminamos compartiendo frases alentadores en las redes sociales, todos leemos hasta en los paquetes de cereales consejos para ser mejores, para avanzar, para “ayudarnos” a tomar buenas decisiones.  Y eso es, desde mi punto de vista, ya un poco aburrido. Entre las redes sociales, los medios de comunicación y la gente que sabe de todo nos “sobre aconsejamos” de cualquier tema y tomar decisiones quizás hasta resulte más complicado.
Y no, al primero que hay que escuchar es al consejo de nuestra intuición, que suele ser el que al final mejor nos va a venir.

Uno de los consejos que creo que más escuchamos es: “Para atrás ni para coger impulso”, pero yo no estoy de acuerdo.  Creo que  a veces es bueno retroceder un poco para darnos cuenta de porqué algo ha ocurrido de cierta manera,  de lo que hemos hecho mal o simplemente para ver algo desde otra perspectiva, para entender cómo solucionar o cómo volver a hacer las cosas o, cómo no volver a hacerlas. Y si no queremos retroceder…simplemente parar y tomar aire profundamente.

De hecho creo que es bueno dejar de leer tantas frases bonitas, tanto consejo enlatado y tanto consejo generalizado porque, en realidad, muchas veces la gente las usa para “mandar indirectas al prójimo” en vez de para el provecho propio. Veo a mucha gente que comparte el mensaje típico de “vive y deja vivir” y luego están más metidos en la vida de los demás que en las suyas propias, y eso cada día me estomaga más.   

Podemos, obviamente, pensar igual en muchos casos, pero siempre habrá matices que para nada son malos, si no que son lo normal.

Para que uno esté a gusto consigo mismo yo pienso que es muy importante tenerse en cuenta  a la hora de tomar decisiones, obviamente se deben tomar en cuenta los consejos de la gente que nos quiere, o si nos gusta una frase motivadora tampoco hay que pisotearla, pero al final deberíamos hacer lo que de verdad nos parece a nosotros, a riesgo de un tropiezo.
Y si se tropieza…simplemente, volver a quererse, besarse, hacerse de nuevo caso, darse cariño o darse un capricho y volver a seguir adelante.  

Yo a veces me digo a mi misma: “Deja de pensar en todo, aparte de en ti misma, un rato al día, haz lo que te apetece, lo que te gusta, lo que quieres sin importarte lo que los demás digan o lo que los demás piensen. Mientras no le hagas daño a las personas que te rodean creo que te mereces ese hueco personal diario y te beneficia.”

Así que…
Desconecto.
Desaparezco por un tiempo.
Busco aire limpio en medio de todo lo contaminado.


Obviamente no me hago daño, busco el equilibrio y siempre que me tomo este tiempo propio lo hago para mejorar, para mi beneficio.

Si me apetece leer un rato, leo.
Si quiero pasear media hora, paseo.
Si simplemente quiero sofá y tele, me tumbo en el sofá y veo la tele.  

Claro está que tampoco me voy a encerrar en mi misma y voy a dejar de lado a las personas que tengo a mí alrededor, a los que de verdad merecen la pena. Pero seleccionar quien merece la inclusión en mi círculo de bienestar es también un ejercicio de quererse de verdad a uno mismo.

Me he propuesto alejarme de toda esa “gente tóxica” que lo único en lo que piensan es en cómo fastidiar  a los demás, criticar, poner en duda las capacidades de los que le rodean, no suelen tener escrúpulos y se preocupan demasiado de lo que hacen o dejan de hacer sus semejantes y poco por lo que hacen ellos.

Así que después de reflexionar bastante y de priorizarme a mí frente a otros creo que estoy en un punto que me gusta más y del que disfruto mejor. No le voy a negar nada a quien creo que merece mi ayuda, pero no voy a tener reparos en decir que no a ayudar a quien no lo merece.

Espero que mi regreso sea para quedarme muuuchas semanas seguidas.


¡Vuelvo con fuerza y con energía!
Gracias de corazón a todos los que me habéis preguntado, los que habéis echado esto de menos y los que habéis dejado que tomase mis propias decisiones sin nada más que apoyarme.


Y ya sabéis… ¡os agradezco muchísimo los comentarios!

viernes, 9 de febrero de 2018

ANSIEDAD.


ANSIEDAD, MALDITA ANSIEDAD.




Que levante la mano quien nunca haya estado nervioso, quien nunca se haya enfrentado a una situación complicada y haya sentido que no puede con ello, quien nunca haya necesitado de alguien a su lado que le eche un cable para poder seguir adelante…
 ¿Sois muchos? Yo, sinceramente, lo dudo.
Sé que no es lo mismo estar nervioso que sufrir ansiedad, pero es por lo que se empieza, y es por dónde hay que comenzar a buscar la raíz cuando ya todo está desmadrado.

Actualmente hay miles de artículos sobre la ansiedad, mucha gente comparte sus experiencias de manera pública a través de las redes sociales, hay libros de autoayuda, hay técnicas de relajación, medicamentos…pero aún así sigue habiendo personas que sufrimos ansiedad y que cuando nos pasa en público siempre hay alguien que dice: “Vaya tontería, relájate y ya está.”
Señores y señoras, si fuese tan sencillo no existiría la palabra ansiedad, no existirían los médicos (y medicación) que te ayudan con este problema y no existirías los cientos de estudios sobre esto.

Antes de sumergirme en este tema, con mi experiencia y, obviamente nunca como profesional, quiero compartir algo con vosotros.
Hace unos años, para un certamen de relatos cortos de una página, que ya ni existe, publiqué este texto que os dejo a continuación.
Lo comparto y después sigo, espero que os guste.

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Otra vez, otro evento lleno de gente, una boda esta vez. Tu mente comienza a llenarse de negatividad sin poder controlarlo y tú te repites una y otra vez: ¡Pero si tienes muchas ganas!
Ese día te levantas con esa horrible sensación en el estómago, las manos sudando y presión en la mandíbula y el pecho, quedan horas pero tú ya lo ves tan cerca…
Te propones que no te vuelva a pasar, eres consciente de que cuando te pasa te conviertes en un centro de atención que para nada quieres ser. Así que comienzas bien, siguiendo todos los consejos memorizados, respiras lento y pausado, visualizas tu día, piensas en todo por adelantado, regresas incluso al anterior momento como este y piensas: ¿a que al final no pasó nada? ¿A que lo superaste con éxito? ¿A que lo pasaste genial? Llevas incluso por escrito una frases que sabes que siempre te ayudan.
Pero tú intentas pensar en una cosa y tu mente solo sabe pensar  en la contraria, en el pico más alto de tu malestar, la sensación de opresión en el pecho, el mal rato en el lavabo, el ver pasar la comida y sentir náuseas…(¡con lo que te gusta comer!)
Te tomas el día con calma, con infusiones de relax y medio absorta en tu mundo, esta vez parece que va mejor, pero no olvidas que tienes una pastilla que te calma, sabes que sin ella localizada sería peor…
Se acerca el momento, cuanta gente, todos te saludan, te dicen lo guapa que estás…y tu por dentro estás a punto de estallar, las lágrimas desbordan tus ojos y creen que es de emoción, a lo que tu respondes que sí, que estás emocionada.
Notas la mano amiga que aprieta la tuya y sabe lo mal que lo estás pasando, pero tú solo piensas en ese vaso de agua que necesitas y esa pastilla en el fondo del bolsillo interior del bolso de mano.
Llega el listo que dice que lo que te pasa es una chorrada, que hay que ser valiente y que eso son imaginaciones tuyas... y decides que es el momento que menos soportas y metes la mano lentamente en el bolso, sacas la pastilla, con disimulo, coges un vaso de agua y rápidamente la tomas…sintiendo por dentro que esta sensación tiene 15 minutos de fecha de caducidad, mientras piensas que no está bien tomar de nuevo la pastilla y esperas poder superar la siguiente sin ella…poco a poco…
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¿Os habéis sentido identificados con alguna de estas situaciones? ¿Conocéis a alguien con ansiedad? ¿Conocéis a alguna persona de las de “son chorradas”?

Lo primero de todo es saber qué es la ansiedad o cómo la describen.
Si buscamos el significado de la palabra ansiedad vamos a encontrar cientos de referencias, una de las que mejor lo explican es esta:
 Se trata de la condición de una persona que experimenta una conmoción, intranquilidad, nerviosismo o preocupación. Para la medicina, la ansiedad es el estado angustioso que puede aparecer junto a una neurosis u otro tipo de enfermedad y que no permite la relajación y el descanso del paciente.

En mi caso, cuando me pasa, siento taquicardias, vómitos, estómago cerrado y una manera de llorar incontrolable, y odiosa, que me ha fastidiado más de dos y de tres buenos momentos.
Es verdad que a cada persona se le manifiestan con diferentes síntomas, conozco a una persona cuyos dolores de cabeza son insufribles y a quienes sudan tanto que mojan camisas enteras en menos de 5 minutos, pero en general las taquicardias u opresión en el pecho están presentes en casi todos los casos.   


Yo hace un tiempo que no tengo ataques de ansiedad de los que me impiden hacer mi vida normal (digo esto tocando madera).  Me sigo poniendo nerviosa, incluso parece que va a aparecer esa horrible sensación, me sigo agobiando en algunos momentos, pero la verdad es que últimamente he podido controlar bastante estas situaciones.

Ceo que por fin, poco a poco, lo voy consiguiendo y, lo más importante, creo que, poco a poco la gente que tengo a mi alrededor saben lo que me pasa y se dan cuenta de que es real, que no es simple nerviosismo y que realmente lo paso muy mal físicamente.
En el último año he ido a conciertos multitudinarios sin agobiarme, he viajado en avión, en autobús, en barco, he ido a espectáculos en lugares cerrados llenos de gente…he hecho cosas que nunca había dejado de hacer pero que llegaba a odiar por lo mal que lo pasaba.
Pero no quiero decir, o más bien no puedo, que ya no sufro ansiedad. Sé que puede aparecer en cualquier momento y lo que tengo que tener claro es que sí que puedo con ella, sí que puedo superarla, sí que puedo salir de un pico de ansiedad aunque tarde un poco, que después va a ser todo otra vez nada más que disfrutar…



Igual de importante que solucionar este problema con uno mismo, es hacer entender a los que dudan de que esto sea real que convivir con ansiedad es duro. Básicamente porque en muchos casos no sabes si algo nuevo va a producirte el malestar o esta vez no va ni a asomar. Y eso es casi peor, la incertidumbre de no saber muchas veces en qué momento vas a necesitar parar para controlarlo. Por eso las pastillas para la ansiedad suelen ir en un lugar exacto de mi bolso siempre.
Además de que te conviertes en un centro de atención que no quieres y cuanto peor te pones más te miran…y la bola se hace muy grande.

Por lo tanto yo os animo a, por lo menos, no dudar de quien os diga que lo está pasando mal. Porque eso es lo peor de todo.
Intentad entender a la otra persona y buscad una manera de ayudar.
Dese mi experiencia: olvidaos de decir tranquilo mil veces, de hablar del tema o de compadeceros. Es mejor intentar despejar la mente cambiando de tema y buscando incluso el humor y las risas.
Cambiar el tema de conversación distrae y se consigue que la mente deje de focalizar lo que nos agobia. Por eso es importante que quienes tengamos con nosotros sepan cómo ayudarnos.

A todos los que opináis que esto son “pamplinas”, “chorradas”, “tonterías”…simplemente, que no os pase.




Espero que esto os haya abierto un poco los ojos.
Espero que os haya parecido interesante.
Gracias por leerme.
Gracias por los comentarios aquí y en otros sitios.



domingo, 28 de enero de 2018

MIS LUGARES NUEVOS DEL 2017.

MIS LUGARES NUEVOS DEL 2017.


Hace poco he leído en alguna parte, no recuerdo dónde, una frase que decía algo parecido a esto: 
“Una vez al año, por lo menos, visita un lugar en el que no hayas estado antes”.

He decidido que se va a convertir en una de mis frases imprescindibles. Es algo que ya practico, pero no me había parado a pensar en que fuese ten beneficioso para mí. La monotonía no va conmigo, y, aunque hay épocas en las que creo firmemente que la rutina es necesaria, pienso que hacer cosas nuevas nos enriquece.

Cada uno luego la puede aplicar a lugares diferentes, pueden ser ciudades, pueblos, salir de viaje a lugares exóticos, un restaurante nuevo o una ruta de senderismo que no hemos descubierto aun. Tampoco implica quedarse con los ahorros a cero o gastar más de lo que se puede uno permitir. Tenemos mil opciones para descubrir lugares nuevos a nuestro alrededor, lo más importante es adaptarlos a nosotros.


Al igual que hice con mis libros favoritos del 2017, he decidido que me apetece hacer una especie de balance de los lugares nuevos que he descubierto este año. Lugares  los que seguramente vuelva alguna vez en mi vida. De hecho a algunos ya he vuelto.Y así darlos a conocer y a lo mejor conseguir que sean lugares nuevos para vosotros y crear uno de esos hilos vitales. 

Como los más sencillo es ir en orden, comienzo por el principio.

Empezamos el año 2017 en pareja y en Oporto. Una ciudad que me sorprendió para bien y que se quedará en mi recuerdo siempre. Llena hasta la bandera, conocimos una ciudad de colores brillantes, de gente comiendo en terrazas el 1 de Enero y con una luz preciosa. En este caso nos queda cerca así que es un lugar al que estoy segura que volveremos en algún momento. Y a la bodega de vinos Augusto’s creo que si vuelvo…también la volveré a visitar. 





En Abril descubrimos una ruta nueva, El Camino del Agua. Teníamos muchas ganas de hacerla y por fin fuimos. Con salida y llegada en el pintoresco pueblo de la sierra de Salamanca Mogarraz, disfrutamos de un día fantástico con amigos y de unos paisajes preciosos. Es absolutamente recomendable y apta para todo el mundo. Bien señalizada y muy cuidada, es muy agradable caminar sus casi 7 kilómetros ya que está plagada de obras de arte que te van sorprendiendo a medida que avanzas.


Al terminar la ruta y ya en el pueblo os recomiendo que vayáis a comer a un pequeño restaurante que se llama Autóctona Taberna. Un placer en todos los sentidos, un lugar muy cuidado, precioso, con una atención encantadora y una cocina de escándalo. Todo consiste en “platillos”, tapas elaboradas de un buen tamaño que cuestan todas los mismo, y que cualquiera con que probéis os vais a chupar los dedos. Nosotros quedamos más que encantados y espero poder volver este año en alguna ocasión…
¿Alguien quiere hacer una ruta? ¡Que lo organizamos en un momento! 


Nuestra siguiente parada fue unos días después, a un lugar al que hacía años que teníamos ganas de ir: Toledo.
Cuatro días en los que por fin descubrimos una ciudad que nos gustó mucho y que nos la explicaron genial los chicos de “Cuéntame Toledo”. Si vais os aseguro que os va a encantar la visita con ellos. Nosotros nos quedamos con las ganas de hacer una visita nocturna que ofrecen y que nos llamó mucho la atención. 

Para comer, y entre todos en los que estuvimos, yo me quedo con un pequeño restaurante que se llama La Mona que nos gustó mucho. De hecho estuvimos dos veces en los cuatro días que pasamos allí, uno solo a tomar un pincho y el último día comimos allí.







En Junio, y sin movernos de Guijuelo, descubrimos un lugar nuevo, al que de hecho vamos ahora con mucha frecuencia. Viró Gastrobar, se ha convertido en un imprescindible de nuestros fines de semana, y de algunas cenas de amigas entre semana. Poco a poco sus platos nos han ganado y el trato es inmejorable. En poco más de seis meses tengo ya un álbum de fotos de sus platos que parece el libro gordo de petete. Además, tiene la mejor jeta asada que hemos probado y no falla ni una vez en nuestra mesa.









Pegando un salto en el tiempo llego volando a Agosto y nuestro viaje a Cuba. De este ya os he hablado en un post muy extenso. La Habana se quedó con un pedacito de mi corazón, pero rellené el huequecito con un poco de esencia cubana. Cuando miro las fotos me gusta pensar que soy capaz de tele-transportarme, y me encanta esa sensación de “keep calm” que me inunda al pensar en los días que disfrutamos allí. ¿Volveremos alguna vez? Quién sabe…




En Septiembre, al sumar otro año a las alianzas, decidimos ir a conocer el nuevo Restaurante Rivas. Si, ya sé que este restaurante lleva ya muchos años, y que es de mis preferidos, pero lo considero un nuevo lugar por la reforma que le han hecho y es que, ¡de verdad que parece otro sitio! Eso sí, con la misma deliciosa cocina de siempre, con platos nuevos que nos han conquistado y con el mismo trato cercano y agradable de siempre. Te hacen sentir como en casa. 




Unos días más tarde, y aprovechando temas de trabajo, descubrimos un sitio que nos gustó mucho, pese a que nos cayó la del pulpo en el día y medio que pasamos allí. 
El Museo de Altamira, en Santillana del Mar. Yo en Santillana ya había estado con mis padres hace muchos años, pero casi no lo recordaba. El pueblo lo disfrutamos poco, más que nada por lo de la lluvia, pero el Museo me parece que es un lugar muy interesante y que merece la pena ver. Las Cuevas de Altamira, las de verdad, es casi un imposible, hay que estar en lista y sólo entran un número muy reducido de personas. El museo tiene una reproducción exacta y a mi desde luego con eso me ha bastado para hacerme una idea y aprender muchísimo.   
En Santillana no dejéis de visitar la Colegiata y el Claustro de Santa Juliana, es como entrar en un cuento.

Y para comer hay muchos sitios, pero nosotros salimos con los estómagos agradecidos del Restaurante Enoteca El Cantón. Y tiene una terraza genial que no pudimos disfrutar…






En Octubre mi lugar nuevo, y que se ha convertido en uno de mis lugares preferidos, es un rincón de mi salón. Si, como veis no hace falta hacerse miles de kilómetros para descubrir un lugar…jejejeje. Con un sillón nuevo, después de una visita a Ikea para llenar el coche hasta la bandera, he conseguido tener un lugar para hacer, más a gusto, una de las cosas que más me gustan, leer. Habrá a quien esto le resulte un absurdo, pero sentirse bien en casa es, para mí, algo fundamental. No va a salir en ninguna guía de viajes, pero si pienso en un sitio en el que me gusta disfrutar de mis ratos en soledad, sin duda uno de ellos es este.


Y para terminar el 2017 ya sabéis, los que os pasáis por el blog, que he descubierto Roma y nos ha encantado.
No sé si volveré alguna vez, he intentado asegurar un sí con la moneda de la Fontana, pero la vida da muchas vueltas. Lo que si tengo claro es que a otros sitios de Italia sí que voy a ir. ¿Será en el 2018? Ya veremos…




Además de todos estos nuevos lugares no he dejado de visitar los que más me gustan. Todos tenemos nuestros sitios fetiche, bien sea una plaza, un rincón de casa, un restaurante o la calle por la que te pierdes sin rumbo una y otra vez. Y además de eso…la compañía, muy importante. Es probable que un lugar te guste más si con quien lo visitas merece la pena, si el tiempo es de calidad y no hay nadie que te lo estropee.


Obviamente hay lugares que visitamos por primera vez y decidimos que también será la última. A esos no hay que darle mayor importancia, una mala experiencia podemos tener todos, en un bar, en una playa, en un monumento o a la puerta de nuestra casa. Pero si aprendemos a olvidarlos y a dejar que pasen de largo nos va a ir mejor. No merece la pena, por ejemplo, lamentarse de haber pagado de más en un restaurante en el que hemos comido mal, no nos van a devolver el dinero y nos vamos a llevar un mal rato. Lo más sencillo es no volver y listo.  


Así que espero que con mis nuevos lugares del 2017 os haya dado alguna idea para visitar, os haya abierto el apetito o simplemente os haya gustado leerme.
Muchas gracias por leerme, por comentar la entrada y por mandarme mensajitos privados diciéndome que esto os gusta.
He de reconocer que La Vida Son Hilos también es uno de mis lugares nuevos preferidos del año que hemos dejado atrás.  Espero que este sea más que habitual en mi vida y que me dure mucho tiempo.


Seguid creando hilos que nos conecten, hilos que nos hagan ser mejores y conocer sitios interesantes, ya sabéis que yo estoy convencida de que la vida son hilos que tejen nuestra existencia.






Os dejo una lista de direcciones a los sitios de los que os he hablado por ahí arriba por si queréis más información.

- Bodega de Oporto: http://portoaugustos.pt/site/
-Restaurante La Autóctona Taberna: https://www.facebook.com/laautoctonataberna/
- Restaurante Rivas: http://www.restauranterivas.com/
- Restaurante de Santillana: http://www.restauranteelcanton.com/


martes, 16 de enero de 2018

ROMA. FIN DE AÑO FUERA DE ESPAÑA 2.0.

ROMA. FIN DE AÑO FUERA DE ESPAÑA 2.0.



Lo primero de todo: ¡Feliz año nuevo! Que ya estamos en mitad de Enero y aún no he podido dejar ni una felicitación por aquí. Espero que pasaseis unas buenas fiestas y que hayáis empezado el año con bien de energía. Yo al final he terminado un poco cansada, y creo que no me vendrían mal unas vacaciones para recuperarme de las vacaciones, pero al final he estado con casi todo el mundo que quería estar, por lo menos un rato, y eso es lo que más vale la pena.

Además, y por segundo año consecutivo, he podido disfrutar de un fin de año diferente.
Desde que tengo uso de razón he viajado. Mis padres nos han llevado a mis hermanas y a mí a infinidad de sitios desde que éramos bien pequeñas, en España y fuera de ella. Les tengo que dar las gracias por meterme el gusanillo de los viajes dentro del cuerpo. Para mi viajar es lo más enriquecedor que existe y, aunque no lo hago con la frecuencia que me gustaría, si que nos hacemos dos o tres salidas al año.

Como ya os comenté en el post anterior, el año pasado ya salimos de España a pasar fin de año. No fuimos demasiado lejos y fuimos en coche, pero la experiencia fue fantástica.

Así que decidimos que mientras pudiésemos seguiríamos haciéndolo y este año ha tocado Roma. Le debíamos desde hace años una visita a Italia y que mejor que empezar por la urbe más importante del Imperio Romano.
Además esta vez no hemos ido solos, se nos ha unido una pareja de amigos y ha sido muy divertido.

Aclaro, antes que nada, que esto no va a ser una guía para viajar a la ciudad eterna, para eso hay miles de páginas y gente más experta que se dedica a ello. Pero si que al final os voy a dejar varios nombres de sitios que nos han gustado y que a lo mejor os vienen bien.

Antes de empezar a contaros nuestra experiencia en Roma, les quiero dar las gracias a
 Fátima y a Juanjo por unirse a ciegas a este viaje. Yo ya tenía cosas preparadas y no he contado mucho con ellos para organizar, así que…espero que os haya gustado tanto como a nosotros.


Después de la búsqueda del hotel y los vuelos la verdad es que ha salido todo rodado. Las visitas a los lugares de más interés han estado genial y lo improvisado…pues eso, improvisado. Siempre hay cosas que salen de manera no deseada, pero al final, si te las tomas con humor, se convierten en anécdotas.

Llegamos a Roma prácticamente sin dormir, varias cabezadas en el coche hacia Madrid y otras en el avión nos sirvieron para descansar un poco. Es lo que tiene coger un vuelo a las 7 de la mañana. Nada más llegar al hotel tuvimos un poco de desbarajuste hasta que nos instalamos, pero una vez hecho y sin tomar aliento nos lanzamos a descubrir la colosal ciudad.

Cuando no conoces Roma y la gente que si ha ido te habla de ella te haces una idea de que te vas a encontrar una ciudad imponente, sorprendente y llena de cosas interesantes. Creo que aún no he hablado con nadie a quien no le haya gustado.
 Pues bien, nada más comenzar nuestro recorrido empecé a darme cuenta de que era eso y algo más.


Roma impone sobre todo si te paras a pensar que en el imperio romano eso ya estaba allí y muchas de las cosas eran aun más grandes y más bonitas. Es casi imposible creer que hace tantos años, y en muchos casos en bastante poco tiempo, pudiesen construir esas moles de fuentes, de plazas, el coliseo, el panteón…todo era a lo grande.




Después de una primera toma de contacto con la gastronomía, descubriendo el mejor tiramisú del mundo en una cafetería cerca del hotel, nos pusimos en marcha. Bueno, y después de dos cafés con hielo y Baileys que más bien fueron cócteles de ¡café con whisky!
Con un mapa de la mano, y mi pompón de guía de grupo, nos pateamos bastante en todo el día sin parar. Sabíamos y teníamos claro lo que queríamos ver.









Caminamos hasta la Fontana di Trevi para quedarnos asombrados con su luz, su color, su sonido, su magnitud. Tiramos las monedas correspondientes y alguna que otra más, no fuese a ser que con la de gente que había se perdiesen nuestros deseos entre tanto pensamiento. Y para las fotos de grupo elegimos a una chica china, que por todos es sabido que son los mejores en este tema, y en vez de una nos sacó unas 15.



Fátima y yo pensamos lo mismo, a la Fontana tenemos que volver pero en verano, para comernos un helado sentadas en sus escalones y mirando como bobas tanta belleza. Nos ha dejado fascinadas y en los cuatro días que hemos pasado en Roma hemos podido detenernos ante ella en unas cuantas ocasiones.

Dejando atrás la Fontana, y camina que te camina, llegamos a la calle del bolso más caro que hemos tenido frente a nosotras y a la escalinata más transitada de la ciudad, Plaza de España



 Allí descubrimos que las castañas en Roma, los frutos claro, son casi prohibitivas y, aunque eran enormes, había dos pochas…jajajaja Lo que nos pudimos reír con el cabreo de Yeyo. 


Recorrida y fotografiada la Plaza de España seguimos con nuestro periplo por la ciudad y seguimos descubriendo edificios impresionantes entre calles estrechas y plazas abarrotadas, de gente y de mercadillos navideños.

A estas alturas quiero hacer un inciso para un consejo: calzado cómodo y piernas entrenadas por favor. NO se os ocurra ir a Roma con taconcitos que no es nada recomendable. Esto se puede aplicar a todas las ciudades a las que vayamos de turismo, pero por el empedrado de las calles ir con tacones es una especie de harakiri bastante innecesario aquí.




Después de una buena cena con pasta y pizza, y una botellita de vino,  al llegar al hotel nos esperaba la sorpresa de que estaba rota la caldera. Teníamos dos opciones, cambiarnos de edificio, el hotel principal estaba en otro sitio, o dormir muy
acurrucados para no pasar frío.
Estábamos tan cansados que optamos por lo segundo. No pasamos frío y por la mañana arreglaron el problema un poco más tarde de lo que nos hubiese gustado .





Con los cuerpos descansados y con muchas ganas afrontamos el segundo día. Y llegar al Coliseo nos abrió los ojos de par en par. ¡Madre mía qué barbaridad! Por mucho que te digan lo grande que es, lo que impone o que te imagines los detalles que faltan y verlo lleno de romanos con túnicas…la primera impresión te deja sin habla. 
 


Que grande, que inmenso, que obra de ingeniería tan colosal para ser de la época que es. Y visitarlo el 31 de diciembre tiene el añadido de que vimos la San Silvestre romana a sus pies. Y con los diálogos de Gladiator pululando alrededor que uno de los cuatro se los sabe de memoria…jejeje


Además del Coliseo pudimos ver muchos más sitios con esta visita guiada, a tramos andando y a tramos en autobús. Esto lo llevamos contratado desde España y fue un gran acierto, sin colas, sin prisas y con una guía que tenía una pizca de “ida de olla” que nos reímos mucho.


Y llegamos a la última noche del año. Con nuestras más elegantes galas, pero sin tacones, cenamos al lado de la Fontana di Trevi, una cena diferente, una cena con uvas de bote que nos llevamos desde casa y viendo las campanadas con el teléfono móvil.  Por cierto, en Roma empezaron el año con fuegos artificiales y petardos…¡unos tres o cuatro minutos antes que nosotros!

Esta vez con pocas lágrimas por mi parte y, como dice Fati, de manera extraña porque no íbamos por la calle dando besos a conocidos y felicitando el año a todo el mundo.
Y comenzamos una noche entre surrealista, divertida y atípica.
Después de 45 minutos caminando en busca de “la marcha romana” del barrio de Trastévere, y dejando atrás pubs con entradas por precios abusivos, llegamos a un bar en el que finalmente pasamos toda la noche.
Entre música de Raffaella Carrá y Luis Fonsi en bucle, con copas de alcohol bastante malas y chupitos de Jagemeister en tazas de espresso, nos dieron casi las 7 de la mañana. Lo que nos pudimos reír con el Dj setentón, mi subida a la cabina a pinchar algo que no fuese italiano y,  de camino ya al hotel con el momento fotos en un fotomatón, al que al final creo que le regalamos 1 o 2 euros.
Además teníamos que pasar por la fuente de nuestros amores…y ¡no había gente!
 A las 6 y pico de la mañana la sesión de fotos fue larga y más divertida que en la vez anterior.  Y porque hacía frío, que si no a algunos se les habría pasado por la cabeza un baño bastante famoso.


Año nuevo en Roma y primera resaca del 2018…ay madre que mal lo de levantarse el día 1.
¡Y eso que queríamos ver muchas cosas! Pues muy a pesar de nuestros cuerpos malheridos lo hicimos. Volvimos a caminar por la ciudad descubriendo increíbles obras llenas de riqueza, como Santa María la Maggiore, la Plaza de España de noche o varias plazas que nos quedaban por visitar como la de la República, Navona o Popolo. 
                              









Y, pese al frío, nos metimos entre pecho y espalda unos enormes helados italianos.



Al día siguiente tocaba visita al Vaticano. Con bastante suerte para conseguir entradas con visita guiada dentro de nuestros horarios. Otra vez sin colas y con un guía que dudábamos si al final nos iba a hacer un examen de todo lo que nos iba contando.

La Plaza de San Pedro, los museos Vaticanos, la Capilla Sixtina y la catedral de San Pedro han sido una visita que nos hubiese gustado hacer con más tiempo, pero íbamos bastante pillados y tuvimos que verlo con menos calma de la que nos hubiese gustado.
Eso sí, al igual que la Fontana, la Capilla Sixtina me ha dejado sin habla. Qué maravilla de lugar, que increíble trabajo de Miguel Ángel en tan poco tiempo y sin ser un chaval.
También hemos podido ver dos de sus esculturas más conocidas, La Piedad y el Moisés. Y, al igual que en la Capilla Sixtina, yo pensaba, qué mente tan increíble debió de tener ese hombre. Qué visión de la realidad tan real, que manos tan prodigiosas.



Como veis ha sido un viaje de cuatro días sin parar, nos ha dado tiempo a ver mucho, aunque nos hemos dejado otro tanto y eso es buena excusa para volver.
Nos hemos templado a comer, y a comprar, pasta. Hemos disfrutado de Roma y sus preciosas luces de Navidad, de sus plazas, de sus monumentos, de noche y de día.

Yo estoy segura que algún día volveré.
Mientras ese momento llega lo que si voy a hacer es pensar en el próximo destino.
Y en el próximo post.
Que no quiero que pasen tantos días sin contaros lo que se me pasa por la cabeza.

Brindo por un buen 2018. 


Gracias por leerme.
Gracias por pararme por la calle y decirme que os gusta.
Gracias porque yo pensaba que esto nunca iba a ser realidad y me siento genial habiéndolo conseguido.
Y ya sabéis, a la izquierda hay una pestaña para seguir mis pensamientos y debajo del post me podéis dejar un comentario.




Y recordad: La vida son hilos. Nunca sabes dónde va a comenzar uno nuevo y dónde va a terminar el siguiente. Disfrutad del momento, cultivad la amistad, el amor y sed felices.




DATOS QUE OS PUEDEN INTERESAR:
HOTEL. Opera House Rooms. Exceptuando lo de la caldera y que olía el primer día algo raro, muy buen ubicado, muy bien de precio y personal súper amable.

COMIDAS Y CENAS.
- Cafetería Whashington. Aunque no te lo esperas por el aspecto tienen, según el que comió tiramisú dos veces al día, el mejor que ha probado en su vida.
- Klass Restaurant. Casi al lado de la Fontana. Elegante para una buena cena o comida romántica.
- Pastamore. Una pasta súper buena y una Pizza riquísima en el corazón de la ciudad.

TOURS
http://www.tuscanyall.com/es/museos-hoteles-roma-vatican.asp reservando desde España es muy cómodo y los precios son muy buenos.









ENERO BONITO, ¿NO CREES QUE HAS CORRIDO UN POQUITO?

                                   Esta mañana cuando me he sentado al ordenador me he dado cuenta de que ya tenía que pasar págin...